Autora: Namida
Pareja: TakaChii
Género: Lemon, Angst
Nota: Ehmm... no tenía una imagen de Takachii, así que no he puesto alguna u.u. Estuve un poco desaparecida -por no decir mucho ewe''-, pero regresé. Estaba haciendo un YamaJima, pero no sé cómo se me ocurrió esto y pues solo escribí :'3, Aunque creo que el final está algo fail -ni qué decir sobre el lemon-, pero ahí voy X'D. Espero que les guste, sus comentarios son mi motivación, ya pronto subiré el yamajima, no sé cuando, pero pronto. Sean felices ^^
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Bajo
la lluvia, en ese invierno tan helado, tal vez el más helado que Takaki había
sentido en toda su vida. Caminaba con su paraguas negro mientras reflexionaba lo que había sucedido
toda esta semana y cómo había acabado por un error, por un descuido que creyó ser
insignificante, que no causaría ningún problema, pero se equivocó. Con
solo recordar ese día repulsivo donde vio a su pequeño llorando a mares, todo
su ser se llenaba de culpa por no haberlo protegido como era debido, lo invadía
un sentimiento de tristeza porque él no se merecía tal cosa… toda la culpa era
suya, era de Takaki.
Lo
único que le quedaba para sonreír era volver a ese día donde lo conoció y cómo
lo conoció. Jamás se arrepentirá de ese día, ya no maldecirá a su jefe porque
gracias a él lo conoció.
Estaba tarde. Requintando por
haberse puesto de voluntario para recoger a su sobrino esas 2 semanas que su
hermana estaba de viaje ya que nadie tenía el horario disponible para hacerlo.
Ahora iba a encontrarlo llorando y amenazándolo que le contaría a su mamá que
se olvidó de él, pero esta vez no era su culpa, era la de su jefe que no lo
dejaba irse hasta que terminase de empacar las carnes de cerdo.
Se dirigía al jardín de niños
lo más rápido que le permitían las piernas largas que poseía y ya faltando unos
5 metros aproximadamente de distancia, distinguió a su sobrino cogido de la
mano de una chica, lo más seguro su profesora, pero ya tenía su excusa
reparada.
Llega jadeando por lo que había
corrido, se apoyó en sus rodillas mientras recuperaba el aliento. Al conseguir
oxígeno suficiente para enderezarse, sus ojos se fijan en el rostro de la
persona que estaba en frente, pues no era alta, llegaba al pecho de Takaki,
pero poseía unos ojos negros profundos provocando que el alto olvidase todo lo
que iba a decir.
-¡Takaki!
-¡No me llames así! Tenme
respeto.
-¿Por qué debería? Tú eres el
que se olvidó de mí.
La voz de Kento lo sacó del
trance en el que se encontraba con ver los ojos, la sonrisa de la chica.
-¿Usted es el padre de Kento?
-Eh? No, no… yo solo soy su
tío. Es su maestra, no?
El rostro de la persona que se
encontraba ahí se había sonrojado por completo y dio una pequeña risita mientra
Kento se burlaba de la confusión de su tío.
-No es mi maestra, es mi
maestro.
Ahora el avergonzado era
Takaki, ¿cómo no se dio cuenta que era un chico? Pero… ¿quién lo haría? Su piel
era demasiada blanca, lisa, perfecta, una sonrisa de ángel y una mirada
hipnotizadora.
-No se preocupe, suele suceder.
Soy Chinen Yuri.
Ese
día fue demasiado gracioso, tanto que no pudo evitar reír levemente al recodar
tal día. Era bueno recordar ese día, lo sacaba de la soledad total, aunque solo
desearía cambiar el final de esa historia.
Ya
había llegado a la estación del tren, esperaba el que iba a su casa… y pensar
que con el mismo tren Chinen los acompañaba a él y a Kento bajándose siempre un
paradero antes que ellos.
Llegó
la hora de abordar al tren. Recordó que había comenzado a salir después de esas
2 semanas que recogía a Kento, después de tanta insistencia, Chinen había
aceptado salir con él. Dentro de poco se convertirían en una pareja.
Él
recordaba cuando fueron por primera vez a la casa del menor.
Nadie en las calles miraba raro
a la recién pareja, pues la imagen de Chinen era más de chica que de chico, así
que no había de qué preocuparse por los perjuicios de la gente.
Era la primera vez que iba a
entrar a la casa de su pequeño y realmente estaba emocionado, pensando que era
una fecha importante que ameritaba ponerse una ropa decente se había ido de
compras un día antes.
Se encontraban en la puerta,
también el menor se encontraba algo nervioso, después de tiempo llevaba a
alguien a casa y ese alguien era su actual novio, a quien le confiaba todo lo
de él y no tenía miedo de mostrarse cómo es y podía contarle cualquier tipo de
cosas. A veces le daba miedo y hasta dudó de llevarlo a su casa, pues para él
era un acto de que ya estaba dentro de su vida y el temor de equivocarse lo
invadió en ese momento de abrir la puerta que se quedó parado en el pórtico.
-Si quieres nos podemos ir a
otro lugar…
La voz profunda de Takaki lo
convence que estaba haciendo lo correcto, era él, era el indicado para poder
entrar en su vida
Después de una larga charla,
juegos, bromas, comida… llega la hora de ver una película juntos y pues como
Chinen teme ver películas de terror, escogieron una romántica, pero exactamente
romántica normal no era… sino algo un poco elevado de temperatura.
Al ver lo que escogieron, se
mataron de la risa y decidiendo quien de los dos fue el arrecho de quien
decidió llevarla.
Entre golpe y golpe… apareció
un beso robado, luego otro, luego vinieron unos más profundos. Takaki poco a
poco coge de la cintura a Chinen sintiendo como se tensaba el cuerpo de menor
altura, pero con consentimiento a que siga.
La temperatura de los cuerpo se
iba elevando, Takaki iba recostando en la cama el pequeño cuerpo de Chinen, tan
delicadamente posible, pues parecía que en cualquier momento se iba a romper.
Dentro de poco minutos las camisetas, pantalones iban desapareciendo dejándolos
solo en bóxer.
Takaki quedó maravillado con el
cuerpo del menor, piel tan blanca, tan suave y con un ligero olor a bebé,
¿sería por lo que siempre se encuentra con bebés? No importaba, el único
pensamiento de Takaki era que le encantaba tenerlo debajo de su cuerpo, sentir
su calor corporal.
-N..no me mires así…
-Eres tan bello…
Takaki volvió a los labios del
menor, la parte inferior de los dos se rozaban provocando suspiros profundos y
los brazos de chinen rodeaban el cuello del mayor y poco a poco separa las
piernas, no se sabe si conscientemente o no, pero a Takaki lo enloquecía que estuviera
en esa pose. Los labios del moreno fueron bajando por el cuello, luego por su
pecho quedándose por sus pezones tan rosado como los de un niño.
Los succionó, los mordisqueó
para escuchar esos gemidos que salían de la boca de Chinen. Se estaba muriendo
de excitación y pues su miembro ya despierto se iba poniendo más duro. Siguió
bajando y con sus dientes sacó la última pieza que no permitía ver la totalidad
del cuerpo del menor. Este se sonrojó, se tapó el rostro con sus manos tan
delicadas.
Vio el miembro de Chinen
totalmente erecto y con su boca empezó a meterla y sacarla, sintiendo la
tensión del cuerpo ajeno. A los pocos minutos, no dejando que Chinen termine,
moja con su saliva su dos dedos para luego penetrarlos en la entrada del
pelinegro.
-Ah…due..le…
-Chii… estás… tan estrecho…
Pues sin duda era la primera
vez del menor y no quería Takaki arruinarla por su lujuria. Empezó a mover sus
dedos de manera cómo tijeras hasta que el propio Chinen movía las caderas. Sacó
los dedos de su interior y posicionó su hombría en la entrada del pequeño. De a
pocos comenzó a penetrarlo.
Esa sensación le provocaba a
Takaki querer entrar de una estocada, pero debía aguantarse, pues Chinen no
estaba cómo en ese momento. Sentía cómo hundía las uñas en su espalda y un
pequeño grito de dolor, también se visualizaba pequeñas gotas que surgían de
sus ojos negros, pero impedía que el
mayor se detenga.
Por unos segundos estuvieron
inmóviles, pero Chinen dio la luz verdad para que el vaivén empezase.
El ritmo iba subiendo, la
velocidad iba aumentando, los gemidos llegaban a cada rincón de esa pequeña
casa. Era el momento de clímax, los dos ya no podían más… sentían que sus
cuerpos iban a explotar de tanto placer, de tanta felicidad.
-Ahhhh…
Al unísono, Takaki terminó
dentro de Chinen y este entre los dos cuerpos. Luego se quedaron dormidos
abrazados como si no hubiera un mañana.
Realmente
era un día que ameritaba ir decentemente, aunque al final la ropa no le sirvió
mucho, pero ya que. Estaba feliz por ese día, no cambiaría por nada del mundo
por ese día. Fue el día donde prometieron estar pase lo que pase, siempre estar
juntos.
En
el tren repleto de gente Takaki estaba sentado de una pareja de ancianos,
realmente se veía hermoso tal escena. Cómo deseaba estar así con Chinen algún
día, llegar a ese momento… verse de ancianos y que el amor siga vivo.
Y
llegó ese espantoso día, donde vino ella… esa chica…, tomándolo por sorpresa y
arruinando su vida por un simple capricho. Su pasado vino a cobrarle la factura,
pero no sabía por qué ahora, ella fue quien lo dejó sin ninguna explicación,
acaso ¿no se merecía ser feliz? Ya había encontrado la felicidad y esa
felicidad no estaba al lado de una chica sino de Chinen.
Estaba
consciente que no lo dejaría ir por nada el mundo y menos por una tontería,
pero, como era de esperarse, ella no se
quedó quieta. Había tramado toda una escena, la acomodó a su
conveniencia y se mostró como una situación que en realidad jamás pasó.
Ya
había llegado a su paradero. Sin muchas ganas, baja del tren y se dirige a paso
lento a su casa, pues seguía lloviendo dándole más motivos para estar
deprimido, solo podía recordar ese día fatal para su vida.
Se le hacía tarde para su cita,
iban a cumplir ya un año y él quería que sea especial, después de toda una
semana de malos entendidos, Chinen se merecía lo mejor en su día especial,
además ya estaba en el límite de tolerancia ante esa chica que interrumpía sus
salidas.
Antes de llegar a su destino,
compra los chocolates favoritos de su pequeño, también ya tenía planeado todo
su paseo del día, iban a ir a todos los lugares que Chinen quiso ir desde hace
mucho, pero por motivos de trabajo no ha podido. Luego de todo, iba a tener una
gran sorpresa en el departamento de Takaki. Ya no quería más
malinterpretaciones, no aguantaba tener una atmósfera tensa con su amado.
Cerca de su destino, se detiene
antes un espejo para arreglarse un poco su cabello y comenzó a caminar desde
ese punto. A una distancia prudente podía visualizar al pelinegro que estaba de
espaldas, pero al acercarse más, se dio cuenta que no estaba solo, estaba con
Miku…
Su corazón Latía demasiado
fuerte, algo no le cuadraba bien y eso lo ponía mucho más nervioso, ¿por qué
estaba juntos? Corrió lo que le quedaba de camino con todas sus fuerzas. Miku
se había dado cuenta de su presencia y le lanzó una mirada victoriosa. Chinen
se voltea al rato al sentir la respiración acelerada del mayor. Se encontró con
la sorpresa que estaba llorando, sus mejillas rojas junto con su nariz, sus
ojos lagrimeando a más no poder y en la mano izquierda una foto donde salía
Takaki abrazando a Miku mientras le besaba la frente.
-No te preocupes, Takaki, ya le
expliqué a Chginen que queremos ser felices y como tú no querías dañarlo, yo
vine a decírselo.
No podía creer lo que estaba
pasando, eso no podía estar pasando, solo intentó ayudarla ese día… y al final
no salió bien. Quería abrazar a Chinen diciéndole que era un error, que no era
lo que pensaba, pero él solo se alejaba más por cada paso que Takaki daba.
-Chii… no lo creas… no…
-Todo está claro, Takaki….
Sin más, el menor se alejó lo
más rápido que sus piernas le permitían. Él no podía creer que Takaki le haya
hecho todo ello, después de toda la confianza que le había entregado, se lo
había entregado todo y ahora no le quedaba nada. Solo quería encerrarse en su
habitación y jamás salir.
Takaki, atónito con lo que
acababa de ocurrir, se preguntaba por qué la vida era así de cruel con él, qué
había hecho en su vida anterior para merecer algo así. Todo debía ser un error.
Por
tratar de ayudar a una persona, perdió a la persona más importante de su vida.
Nunca tuvo que haber ayudado a Miku, jamás tuvo que confiar en ella. Tuvo que
haber hecho caso a Chinen, él sabía que planeaba algo, pero por necio… ahora él
no está a su lado.
Bajo
la lluvia seguía caminando, una cuantas cuadras más y ya llegaba a su casa
donde deseaba estar para siempre.
Desde
los lejos ve una sombra enfrente de su puerta, al principio no le tomó importancia
pensando que era Daiki, pues se veía una persona pequeña, pero luego se dio
cuenta que era más pequeño que su mejor amigo.
Llegó
y se paró sorprendido.
-¿Chi…nen?
Era
él, estaba sonriendo al verlo…
-Takaki,
te extrañaba.
¿Tendría
una segunda oportunidad?
2 comentarios:
waaaaaa!!!
conti!! conti!!! conti!!!
asdasdasdasd~~
hace tiempo que no leo un Taka Chi.
y este fue bueno :3
no tiene nada de fail namida-chan!
ganbate!! ^0^)//
Kya!!!! no me puedes dejar asi!! no me digas que es oneshot!!!!!!!!!-llora en un rincon- maldita vieja como se atreve a meterse en su relacion!!!!!!!! >:( Noo!! esto merece continuacion Takaki debe tener una segunda oportunidad T^T !!
estu vo tan sadasdasdadadda gracias por compartirlo!!!! <3
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